El vino está asociado al placer y tradicionalmente a los momentos íntimos de una pareja. Si en nuestra mente visualizamos una cena romántica, lo más fácil es que veamos encima de la mesa unas copas y una botella de vino. ¿Y si decimos que esa imagen de sensualidad está avalada con los estudios que se han realizado?
Pues es así, según un estudio presentado en el Journal of Sexual Medicine por la Universidad de Florencia se afirma que los antioxidantes del vino tinto provocan el deseo sexual femenino. La explicación: estos compuestos producen un efecto vasodilatador con el que se logra un aumento de la sangre en áreas específicas del cuerpo. Para este estudio se investigó a 798 mujeres italianas, de 18 a 50 años, en la Unidad de Urología del Hospital Santa María Annunziata. Ninguna tenía problemas sexuales y fueron divididas en tres grupos: una consumían una o dos copas de vino tinto al día, otras solo bebían ocasionalmente y el tercero lo componían aquellas que no bebían absolutamente nada de vino. Todas ellas realizaron un test y el resultado fue clave. Las primeras lograron la mayor puntuación indicando que contaban con una mejor vida sexual que el resto.
En otro lado del mundo, concretamente en Estados Unidos, la Universidad de Michigan llevó a cabo un segundo estudio con 2.767 parejas de más de 50 años de edad. La investigación arrojó resultados que indican que aquellas parejas con similares hábitos en la ingesta de alcohol muestran signos de mayor felicidad que las que cuentan con hábitos diferentes.
No se trata de beber más, se trata de beber con moderación en la mejor de las compañías y, desde luego una cena romántica con tu pareja puede ser uno de los momentos más especiales que nos hacen ser felices. Y si se trata de compartir, no hay nada mejor que un vino en un buen restaurante o en nuestra casa con una música agradable, luz tenue. Eso sí, siempre con moderación, porque no se trata de la cantidad, sino al hecho de hacerlo juntos.
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